
Corro con los ojos cerrados.
Mil espigas
se arremolinan a mi alrededor
y deletrean sílabas doradas.
La estela de tu cuerpo
abre surcos,
tumba tallos,
que, al desplomarse,
componen nuevos versos.
Te sigo.
Cierro los ojos
y te sigo,
poniendo cada pie
exactamente
donde has dejado cada verso.

4 comentarios:
Yo también te sigo, y persigo en tus lindos versos.
Un abrazo
Esta vez te ha salido la vena de espigadora. Quién lo diría, corriendo por los surcos, sembrando versos, podando lo que sobra, tras los pasos del segador... Qué bonito. Oye, y las fotos, preciosas.
Besos
Seguir a través de las pisadas
o en los surcos repletos de mieses.
Bordas el poema con esa sencillez
y dulzura.
Besos
Preciosas siembras que paseas con tus versos.
Besos, mil.
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