Se balancea
en el filo.
Un parpadeo
y cae.
Resbala
por la piel
lisa,
roza los labios,
y
se hunde
en el cuello,
hasta que,
poco a poco,
se deshace en sal.
Solo queda
un rastro brillante,
una sabor
apenas sentido,
y un calor húmedo
donde los huesos se encuentras
en la base del cuello.
El borde de la camisa
da frío.
¿Estás llorando?
viernes, 16 de enero de 2009
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1 comentarios:
Estoy llorando y una carretera de sal y lluvia recorre mi norte y se esconde en el hueco de la camisa. Llórame o lluéveme más tarde.
Besos
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