
Se despertó
con la almohada mojada.
Los ojos le picaban
y soñó que lloraba.
Se puso una mano en el pecho
y constató que aún seguí allí.
Vivo.
Sus ojos,
su pelo,
su voz,
dolían como el primer día.
Pero
¿Cómo era posible?
Si no le daba de comer,
si no había agua,
si estaba frió…
Creía que había acabado con él.
porque hacía tiempo
que no sentía nada.
Pero había noches,
que lo oía toser en los latidos impares,
que lo olía,
que lo sentía arañar
su caja torácica…
¿Nunca se iría del todo?
Cerró los ojos,
y respiró hondo,
hondo,
hasta que le pinchó en las costillas
la última bocanada.
Y recordó
que hay cocodrilos que viven en el desierto
mucho después de que se evaporase el mar.

4 comentarios:
Uyyyyyyyyyyyy, miedo, miedo.......Miraré debajo de la cama.
Muacsssssss
Mucho cocodrilo dormido pero suelto
Dónde y cuándo se despertará?...
Los miedos, las frustaciones...
detrás la esperanza.
Besos y abrazos
Sobre la pintura de Magritte no hay nada que decir, pero la foto de abajo es preciosa.
El poema me gustó. Esa tos en los latidos impares y la última bocanada pinchándole las costillas, son espléndidos.
abrazo
Mª Jesús, ya te lo he dicho más veces, pero es que me encantan tus versos, cortos, con ritmo, con alma...
Un abrazo
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