viernes, 29 de octubre de 2010

DESIERTO I






Las espinas se secan alrededor de la mesa…

Un soplo ardiente alza una servilleta
que cae temblando entre los silencios que,
frente a frente, se miran sin verse.

Rosas del desierto ruedan entre las mesas,
enredándose en los pies de los beduinos
con pajarita,
que las apartan a patadas.

El oasis de una bandeja de aluminio
refleja un sol halógeno.

Las dos cabezas ciegas
siguen ahí:

Ante su oasis seco de café negro
y palmera.

El desierto vertical se alza
como un muro ondulante y traslúcido.

Un simún ácido de tabacos
forma remolinos de serrín que se apila
en las esquinas.

Las palabras arañan,
se enganchan en la laringe.

No hay agua que las ayude a avanzar.

Ella escruta nerviosa el plano
de la carta de cócteles
con la esperanza de descifrar las claves
que la guíen a la salida.

Pero cuando alza la vista,
los ojos del lagarto
repiten:

“ESTA USTED AQUÍ”.











6 comentarios:

escuchando palabras dijo...

Bello para este finde, besos

E. Martí dijo...

Me encantó el otro día y vuelve a encantarme este desierto en medio del desierto.
Besos
(Y renueva un poco más este blog que estaba un poco desierto últimamente, chica)

Mª Jesús So dijo...

Es que no tengo tiempo...

Candi dijo...

De acuerdo con Esme. Tienes que mimarlo un poco más.
Se te puede perdonar porque cuando colocas uno de tus poemas lo bordas.
Un besazo

Carmen Cabeza dijo...

Sensorialidad: tabaco,café negro, carta de cócteles, (imaginario oasis, se te hace la boca agua),el sol ardiente, el calor... Una serie de sensaciones dan vida al poema, a la vez cromático, olfativo, táctil... Ya te lo dije, me gustó mucho... Y el Desierto 2 también

Jesús Sevillano dijo...

¡Cuanto hemos echado de menos tus poemas...!
Gracias por volver a deleitarnos.
Un abrazo

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