miércoles, 14 de octubre de 2009



Es fresca
y amarga.

Empolvada
de luz verde
y veneno.

Resbala sobre la corteza rugosa
crujiendo,
y se sume
en el musgo húmedo.

Baila a la luz del sol
y se recorta
contra la luna.

Filtra los pensamientos,
contamina las miradas,
bajo ella
crecen hongos rojos
y amapolas
azules.

Huele a ocre,
sabe a noche,
araña los párpados
que se atreven a mirar
hacia arriba.

Convierte las gotas de rocío
en ácidas lágrimas
y los goterones de lluvia,
en sangre tóxica.

Crece en círculos
cada vez mayores
hacia la noche,
y se arrastra
hacia los pies.

Donde toca,
quema.

¡Cierra la Puerta del bosque!

Que no huya
la sombra del tejo.


domingo, 4 de octubre de 2009




El sol emerge del mar
mientras las olas,
retroceden.

Un niño
juega en la orilla
mientras la brisa
se para.

Gotas tibias
se elevan como globos cautivos
y se evaporan
en nubes de colores.

Desaprendo.

Deshago nudos.
Corto amarras.
Suelto cabos.

Desaprendo,
mientras las gaviotas
caen al mar.

Desaprendo,
mientras las caracolas
enmudecen.

Desaprendo
la tupida red de aprendizajes
que se enreda en mis pies,
y primero uno
y luego el otro,
regreso al mar.