sábado, 19 de septiembre de 2009

MOTHMAN (El hombre Polilla)




Fijas la vista en la luz
y no ves otra cosa.

Vuelas en círculos
cada vez más pequeños,
temiendo acercarte
al borde del haz.

Como una polilla,
vuelas cada vez más rápido,
te acercas más y más,
y te quemas,
y te apartas,
y vuelves,
como si una goma invisible
te atase a ella:

A la luz.

A tu única luz.

Y sigues revoloteando,
girando
en el túnel cada vez más pequeño,
sin rozar la sombra,
sin salir del círculo,
mientras tus alas
se van quemando poco a poco,
mientras te vas quedando ciego,
porque no ves
que hay más allá
del filo
del rayo
de luz.

4 comentarios:

E. Martí dijo...

Qué bonito poema y qué bonitas fotos!!!

El íngrimo se va quedando ciego. !Cuánta razón tienes en estos versos!! Somos tan tontos, tan simples, tan perdidos que no somos capaces de ver la luz que tenemos encima. Ojalá esa luz nos resucite y ampare cuando estemos, en algún momento, íngrimos y desesperados.

Candi dijo...

La luz o nos alumbra o nos ciega.
Si la utilizamos para ver lo que tenemos cerca seguro que nos servirá de gran ayuda; más si nos dejamos deslumbrar por su fulgor, nos arrastrará hasta el abismo.
Bonito poema y fotos sugerentes.
Besos

Jesús Sevillano dijo...

Mª Jesús, retomo el contacto en tu estupendo blog. Ahora que nos hemos vuelto a ver (yo te recodaba de pequeñita)le puedo poner cara a tus preciosos versos. Un abrazo

Gala dijo...

"y te quemas,y te apartas,y vuelves"
Así somos, nos hacemos daño pero siempre volvemos a lo que nos gusta sin recordar las heridas muchas veces sin cicatrizar.
Muy bonito.
Volvere por aquí.

Un beso

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